En los últimos años, la autoridad fiscal mexicana ha intensificado sus esfuerzos para combatir la evasión y el fraude fiscal, particularmente mediante el uso indebido de los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI).
La reforma fiscal 2025 y los ajustes propuestos para 2026 reafirman esta postura: emitir, adquirir o utilizar CFDI falsos ya no solo constituye una infracción administrativa, sino un delito penal grave.
Estas medidas buscan cerrar espacios a prácticas irregulares que afectan la recaudación y fortalecer la cultura de cumplimiento entre las empresas y contribuyentes.
Contexto de la reforma
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) detectó que, a pesar de las medidas anteriores, continuaba la simulación de operaciones a través de empresas factureras (EFOS) y empresas que deducen operaciones simuladas (EDOS).
Ante ello, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) propuso modificaciones específicas al Código Fiscal de la Federación (CFF) y al Código Penal Federal (CPF) para endurecer sanciones y ampliar facultades de fiscalización.
Entre los principales cambios destacan:
- Tipificación más clara de los delitos fiscales relacionados con CFDI falsos.
Se considera delito emitir, adquirir o deducir comprobantes de operaciones inexistentes, falsas o simuladas. - Sanciones penales más severas.
Las penas pueden ir de 3 a 9 años de prisión, según la gravedad del monto y la reincidencia. - Extensión de responsabilidad a administradores, representantes legales y asesores fiscales.
Si se demuestra participación o negligencia, también podrán enfrentar sanciones penales. - Nuevas herramientas de fiscalización electrónica.
El SAT podrá validar en tiempo real la veracidad de los CFDI, los flujos financieros asociados y la congruencia con la contabilidad electrónica.
Principales efectos para las empresas
Las empresas deben comprender que el riesgo ya no se limita a multas o recargos. La adquisición o deducción de CFDI simulados puede derivar en acusaciones de delincuencia organizada o defraudación fiscal equiparada.
Entre los efectos más relevantes se encuentran:
- Bloqueo temporal del RFC durante el proceso de investigación.
- Pérdida de deducciones y acreditamientos de IVA asociados a operaciones simuladas.
- Congelamiento de cuentas bancarias por alerta de operaciones sospechosas.
- Riesgo reputacional y pérdida de confianza de socios o clientes.
Por ello, la prevención se ha convertido en una estrategia fiscal obligada, no opcional.
Buenas prácticas para prevenir riesgos
Hegewisch López Consultores recomienda implementar un sistema de control fiscal preventivo, con enfoque en tres pilares:
- Verificación de proveedores:
- Confirmar que estén inscritos correctamente en el SAT.
- Validar sus CFDI mediante el portal de verificación oficial.
- Revisar que no aparezcan en las listas negras del artículo 69-B del CFF.
- Auditoría interna continua:
- Revisar congruencia entre ingresos, egresos y registros contables.
- Aplicar controles antifraude en cuentas por pagar.
- Automatizar procesos de validación de CFDI.
- Asesoría fiscal especializada:
- Implementar políticas de cumplimiento normativo (compliance fiscal).
- Mantener comunicación directa con especialistas para anticipar riesgos.
- Actualizar permanentemente al equipo contable y administrativo.
Fiscalización digital y transparencia
La fiscalización electrónica se ha convertido en el principal medio de control para el SAT.
Gracias a la inteligencia artificial y al cruce masivo de datos, el sistema detecta incongruencias entre CFDI emitidos, declaraciones y transferencias bancarias.
La autoridad busca no solo sancionar, sino fomentar un ecosistema de transparencia, donde las empresas adopten prácticas responsables y reporten operaciones reales.
Conclusión
En el nuevo entorno fiscal mexicano, la compliance tributaria deja de ser una opción y se convierte en una obligación estratégica.
Emitir o recibir un CFDI falso no solo implica una irregularidad contable, sino un riesgo penal con consecuencias graves.
Anticiparse a las reformas y contar con asesoría profesional es la diferencia entre operar con seguridad o enfrentar sanciones que pueden comprometer la estabilidad del negocio.
